Castañeda: El pueblo lo castigó en las urnas
El ciudadano ex alcalde de Lima Luis Castañeda, en sus ocho años al frente de la comuna limeña, no ha sido el mejor, ni el peor alcalde. Lima ciudad capital del Perú, aún está distante de ser una gran urbe, por cuya razón y a tan sólo seis meses de haber sido sucedido por la actual alcaldesa Susana Villarán, debería guardar un prudente y democrático silencio; sus afirmaciones de que la revocatoria es un derecho legítimo de la población y aunque no alienta esa medida, ha dicho que “El pueblo es sabio y sabrá tomar la decisión correcta. Si el pueblo la puso, también puede quitarla. Esto suena ridículo, pues el pueblo que es sabio, castigó su pretensión presidencial con un resultado catastrófico de un 9% en el último proceso electoral presidencial.
Lo que no ha dicho el ciudadano ex alcalde Castañeda, porque no lo hizo en sus ocho años de gestión, es el de haber trabajado por una ciudad que apostara por la cohesión social, la convivencia y la igualdad de oportunidades, integrada, con barrios dignos y personalidad propia, con servicios buenos, mejor equipamiento y espacios públicos de calidad, que se sepa, nunca vimos a Castañeda empeñado en una Lima que creciera y se administrara bien, menos en una metrópoli innovadora y emprendedora, jamás lo vimos como un ejemplo para el resto de ciudades del interior del país, preocupado por hacer de Lima, una ciudad plural, educadora, que apuesta por la cultura, la creatividad y el conocimiento, muy por el contrario, nos ha dejado un clima de indefensión y nula seguridad ciudadana, obligando a casi todos sus vecinos a enrejar sus manzanas, barrios y urbanizaciones en busca de su autoprotección ante la delincuencia urbana que la abruma.
Tradicional vista nocturna de Centro de Lima
Los vecinos de la ciudad de Lima, que sorprendidos escuchamos al hoy “locuaz” Alcalde Castañeda, imaginamos a Lima, como una ciudad que sabe empatar el progreso económico del crecimiento del país con la globalidad de las grandes ciudades de hoy, con el progreso y el bienestar personal, de todos los que vivimos en ella, excelente en creatividad, en las nuevas economías abiertas al “autoempleo”, despierta, abierta, innovadora y cautivante para propios y extraños; cohesionada socialmente, justa y preocupada por las necesidades cotidianas de sus residentes, excelente en la prestación de los servicios públicos, próxima, capaz de resolver con eficacia los problemas diarios de la gente, desde los grandes problemas a los más pequeños.
Lo que debe entender el ex Alcalde Castañeda y basta citar un ejemplo; es que, Tokio y su área metropolitana, sí conforman una mega ciudad que concentra 33 millones de personas; el 26% de los 127 millones de habitantes que tiene Japón y de ese tipo de ciudades y de su desarrollo alcanzado, sin copiar deberíamos aprender, en lugar de criticar con espíritu mezquino. La ciudad de Tokio actual, que seguramente tiene desafíos importantes por delante, es una urbe moderna, en donde todo funciona a la perfección; está siempre limpia, tiene servicios de calidad, la infraestructura está en óptimas condiciones, combina edificación con espacios verdes de modo que, la alta concentración no resulta agobiante1. En contraposición a esta gran urbe capitalista, no está demás mencionar el caso de Kerala, situada al suroeste de la India y que ocupando una superficie de 38.863 km² tiene una población según el censo del año 2001 de casi 32 millones de habitantes, se la reconoce como una de las ciudades más alfabetizadas de la India. Kerala, llama la atención por sus avances en democracia participativa y desarrollo social, ha logrado una ejemplar descentralización basada en la Planificación Participativa, desarrollando una nueva manera de entender la relación entre la ciudadanía y el Estado y sin copia de ningún modelo occidental. Otro caso que no quiero dejar de señalar, es el de Barcelona-España, escogida como la ciudad más admirada del mundo, según el último informe «Cities for Citizens» elaborado por la consultora Ernest and Young en base a encuestas efectuadas a 72 líderes locales del mundo; le siguen Copenhague, Londres, Melbourne y Múnich.
Imponente y moderna Tokio capital
1.-Apuntes sobre gobiernos locales y convivencia eficaz en Japón.
Por José Luis Furlán
Según el informe, Barcelona ha sabido aprovechar el legado olímpico para su desarrollo urbano y ha conseguido en pocos años una transformación social y económica que podría haber tardado décadas en llevar a cabo. Los líderes de las principales ciudades del mundo también valoran que Barcelona tiene un modelo consolidado de ciudad global, innovadora y con una acertada estrategia de atracción de talento internacional. Según su alcalde Jordi Hereu, y cuya opinión se recoge también en el informe nos dice: "Las metrópolis de hoy en día son admiradas cuando son lugares donde la gente puede vivir con un espíritu de libertad y donde la gente ve posibilidades de conseguir sus aspiraciones personales y profesionales", por estas razones es imprudente y poco democrático escuchar lo vertido por el ciudadano Castañeda y los vecinos no deben tomarlo en cuenta.
Luego para seguir entendiendo el tema de ciudades, población y territorio. Japón tiene otras dos mega ciudades: el área de Kansai (18 millones) y el área de Nagoya (11 millones) y las otras menores funcionan en las mismas condiciones. Claro que, no es fácil organizar la convivencia eficaz de tantas personas en un territorio tan pequeño. Japón tiene una superficie de sólo 377.737 kilómetros cuadrados, menos de un tercio del territorio que tiene el Perú.
A diferencia nuestra, el gobierno local japonés tiene su fundamento en la Constitución del Japón de 1946, que reconoce al gobierno local como esencial para la democracia y como parte del sistema estatal de gobierno. Las autoridades son electas por el pueblo y la legislación básica en relación con el gobierno local es la Ley de Autonomía Local, que divide a las entidades públicas locales en dos categorías principales. Es bueno decirlo que, en 1999, una reforma de la Ley de Autonomía Local permitió clarificar los roles y las relaciones entre el gobierno central y los gobiernos locales. En el Japón, las funciones del gobierno central son aquellas relacionadas con la nación como un todo: las relaciones exteriores, la defensa nacional y la justicia. También tiene a su cargo el sistema de seguridad social (seguros de salud, pensiones, desempleo, accidentes laborales). Entre las funciones que realizan los gobiernos locales se incluyen: el registro de familias y residentes, servicios sociales y asistencia financiera pública, la salud y el bienestar de las personas mayores, la creación y gestión de guarderías, jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias, bibliotecas públicas e instalaciones similares, gestión de los residuos y construcción y mantenimiento de las instalaciones de evacuación de aguas residuales, provisión de agua y depuración de aguas residuales, el desarrollo y mejoramiento de caminos y parques, la policía y los servicios de extinción de incendios.
Para muchos que hemos tenido el privilegio de visitar Tokio y de seguro el ciudadano ex alcalde Castañeda también, es impresionante ver la cortesía, la amabilidad y el respeto en el trato; así como la observancia de las normas sin controles externos, no hay inseguridad y la presencia policial es escasa, la ciudad siempre está limpia y pese a tener más de tres veces la población que tiene nuestra Lima, capital del Perú.
Lo comentado hasta aquí, nos obliga a preguntarle al ciudadano ex alcalde de Lima Luis Castañeda ¿Pensó o soñó alguna vez en su ejercicio como alcalde, en una convivencia armónica de todos sus vecinos, a los cuales prometió servir?. Seguro que no, la improvisación le ganó la partida.
1.-Apuntes sobre gobiernos locales y convivencia eficaz en Japón.
Por José Luis Furlán
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